005: What I know about the roads not taken
"You’ll look up and down the streets. Look ’em over with care.
About some you will say, “I don’t choose to go there.”
With your head full of brains and your shoes full of feet,
you’re too smart to go down any not-so-good street.
And you may not find any you wanna go down,
in that case, of course, you'll head straight out of town.
It's opener there,
in the wide open air."
Dr. Seuss - "Oh, the Places You'll Go!"
I've been thinking a lot lately about the things that I don't choose for my life. A kind of wisdom that seems to reach out to us only when we've been through things. Experience. When we're young, it's really easy to believe that everything that happens around us brings an un-seen opportunity. We're swiftly carried away into thinking that we have to hold on to any offer, any chance for something meaningful. So we seize those chances, we carpe the hell out of our diems and head on to it, guns-ablaze, ready for anything. Because what if we MISS it?
I used to live my life like this. Beating myself up whenever I rejected or missed out on something I wasn't even sure I wanted to begin with. But what if he was the right one for me? What if they had fun while I was at home reading a book? What if I regret not travelling there? What if, what if, what if.
Later in life, I have discovered, we learn to appreciate the subtle signs that point our way. We call it intuition, or instinct, or a hunch. We develop a system through which we filter the opportunities that come our way, and we learn to tell when we should catch it, when do we want to catch it, and what can you gain or lose if you do.
We learn to "not choose".
And this has a lot to do with the concept of responsibility for one's own life. I'm beggining to understand that life, each of our days, becomes only what we make of it. We have a god-like skill to trace a line in the sand, and say "Until here" to whatever is haunting us. Mondays can be a drag, a horrible day to live if you're in line for 5 whole days of boring work and boring studies and boring co-workers and boring bus trips. Or Mondays can be a beautiful fresh start for an amazing week where you make things happen and move closer to your dreams.
So yeah, sometimes a new road will open up. You'll meet someone, you'll be offered something, you'll have the opportunity to try something new. But the arrival of opportunity is not an obligation to welcome it. Not when it's out of fear of what we could be missing. We get so anxious about our What Ifs, that sometimes we say yes, even though we don't really want to go along. But we do it anyway, beacause of the inexistent possibility of missing something that could be great.
I've come now to believe in a more subtle kind of instinct. The voice that says "Not this time". Not out of cowardice, not out of fear of failure. But out of wisdom. A wisdom that arrives after tripping over and over the same stone once and again, until you finally, finally learn the lesson: Sometimes the roads not taken are the best roads of all.
Courtesy photo by Juan Ignacio Zoppo - http://www.flickr.com/photos/brillofalico/
005: Lo que sé sobre los caminos no tomados
"Mirarás calle arriba y calle abajo,
mirarás con cuidado.
Y sobre algunas pensarás "En esa dirección no elijo avanzar".
Pero con tu cabeza llena de cerebro,
y tus zapatos llenos de pies,
tú eres demasiado listo para bajar
por una calle no debas transitar.
Y puede que no encuentres ninguna por la que desees viajar.
En ese caso, por supuesto, te dirigirás directamente fuera de la ciudad.
Al aire libre estupendo se está "
Dr. Seuss - "Oh, Cuán Lejos Llegarás!"
Estuve pensando mucho ultimamente en las cosas que no elijo para mi vida. Un tipo de sabiduría que parece alcanzarnos solo cuando atravesamos ciertas cosas. Experiencia. Cuando somos jóvenes, es muy fácil creer que todo lo que ocurre a nuestro alrededor va a traernos una oportunidad no vista. Somos delicadamente llevados a creer que debemos aferrarnos a cada ofrecimiento, cada chance de algo con significado. Y tomamos esas chances, carpeamos nuestros diems y avanzamos, armas tomadas, listos para todo. Porque y qué si nos lo perdemos?
Solía vivir mi vida así. Atormentándome cada vez que rechazaba o me perdía de algo que ni siquiera estaba seguro de querer. Pero y qué si él era el correcto para mí? Y qué si ellos se divirtieron mientras yo estaba en casa leyendo un libro? Y qué si me arrepiento de no viajar a ese lugar? Y qué, y qué, y qué.
Más tarde en la vida, descubrí, aprendemos a apreciar los signos sutiles que nos apuntan el camino. Lo llamamos intuición, o instinto, o corazonada. Desarrollamos un sistema a través del cual filtramos las oportunidades que nos llegan y aprendemos a identificar cuando tomarlas, cuando queremos tomarlas, y qué podemos ganar o perder si lo hacemos.
Aprendemos a "no elegir".
Y esto tiene mucho que ver con el concepto de responsabilidad por la vida propia. Estoy empezando a entender que la vida, cada día, se vuelve sólo lo que hacemos de él. Tenemos una habilidad divina de marcar una línea en la arena y decir "Hasta acá" a lo que sea que nos acosa. Los Lunes pueden ser un bajón, un día horrible que vivir si estás a la espera de 5 días enteros de trabajo aburrido y estudios aburridos y compañeros de trabajo aburridos y viajes aburridos en coletivo. O los Lunes pueden ser maravillosos comienzos de una excelente semana para hacer que las cosas ocurran y acercarte a tus sueños.
Así que sí, a veces se abren nuevos caminos. Conocés a alguien, o te ofrecen algo, o tenés una oportunidad de probar algo nuevo. Pero la llegada de una oportunidad no es una obligación de aprovecharla. No cuando lo hacemos por miedo a lo que podríamos perdernos si no. Nos volvemos tan ansiosos por nuestros Y Qués, que a veces decimos que sí, aunque no lo queramos realmente. Pero lo hacemos de todos modos, por la inexistente posibilidad de que nos estemos perdiendo algo que podría ser grandioso.
Empiezo a creer ahora en un tipo de instinto más sutil. La voz que dice "No esta vez". No por cobardía, o miedo al fracaso. Pero por sabiduría. Una sabiduría que llega solo después de tropezarte con la misma piedra una y otra vez, hasta que finalmente, finalmente aprendés la lección: A veces los caminos no tomados son los mejores caminos de todos.
Foto cortesía de Juan Ignacio Zoppo - http://www.flickr.com/photos/brillofalico/
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