001: What I know about change
So. This is how it starts. Today I quit my job. I quit my job and tomorrow I'm starting a new one, convinced as I am that it's the correct path towards my dream (for more information on that subject, check out the ABOUT section). A dream that sparks weird faces on regular people when I tell them about it.
Thinking about finally facing my dream (I mark a strong difference between conceiving it, and actually working towards it), I've spent a lot of time lately pondering about change. How does it happen? What's the difference between change that is thrusted upon you by, say, the death of a loved one or an unforseen event in your life; and change that you choose while in your best mental faculties. I mean, it's not like it's a foreign concept for most people. It's life's natural flow. Nothing, nothing is permanent. Nothing lasts forever. But is there really a significant difference between those 2 types of change? What kind of energies, or karmic ways activate when you choose to change? It's not like you can help changing. Your body is dismissing cells and replacing them with new ones as you read this. One of those cells might come undone and become cancer. You can't help it. You grow, you shed your skin just like a snake. You live and you go through processes, nothing can stop that. It's like there's a constant cloud of dust all around you, all the time, which only settles once you die and move on to whatever is expecting us after that.
But when you decide to change, when you not only welcome change into your life but seek it, another factor is added to the equation: Risk.
I mean, yeah, if you got cancer, well, unlucky for you, you didn't ask for it. When change arrives and makes everybody sad, there's no one to blame. It just happens. But what if you decided to change something, to try and become a better person, quit a bad habit, change the way you live your life, and everything suddenly sucks? The old-time fear pops in: Failure. You fail, you become miserable and there's no one to blame but yourself. You chose to change, you placed your bet and didn't get picked to succeed. What happens then?
I think it's a risk that sometimes we need to take. Jumping without knowing if there's solid ground below may be scary. You can find death or maybe you fly. But maybe it's a risk worth taking. As long as you know there's a very good chance you'll miss the spot, and there's a very good chance you get it in the end. As long as you remember that, I think it's always preferable to jump, if you get the oportunity. Try something new. The biggest failure kicks the ass out of never trying.
But even if we know this, even if we understand that everything happens for a reason and that the real outcome of any endeavour can never be failure, but only winning or learning, we still hesitate. Why? Because maybe we need to experience the jump in order to truly get it. Maybe it's only during that sheer moment of terror after your feet meet the air that you actually experience and understand what you're risking. And then all the theory becomes practice, and you get to see what's waiting for you beneath the jump itself.
Personally, I prefer the experience of it before the concept of it. So, today I jump. It'll be sometime before I know if won or learned, but maybe it doesn't matter for now. For now, I'm jumping. And I think that just daring to try, just allowing myself a chance to win or learn, well, that's a pretty nice kick in the ass of fear.
Bring it on.
001: Lo que sé sobre el Cambio.
Bueno. Así es como empieza. Hoy renuncié a mi trabajo. Renuncié a mi trabajo y mañana empiezo uno nuevo, convencido como estoy de que es el camino correcto hacia mi sueño (para más información en el tema, mirá la sección de ABOUT). Un sueño que despierta caras raras en la gente regular a las que se lo cuento.
Pensando en finalmente enfrentar mi sueño (marco una fuerte diferencia entre concebirlo, y realmente trabajar hacia él), estuve pensando mucho ultimamente en el cambio. Como ocurre? Cual es la diferencia entre el cambio que te cae encima por, digamos, la muerte de un ser querido o un evento imprevisto en tu vida; y el cambio que uno elige en sus mejores facultades mentales. Quiero decir, no es que sea un concepto tan extraño para la mayoría de la gente. Es el curso natural de la vida. Nada, nada es permanente. Nada dura para siempre. Pero hay una diferencia real entre esos 2 tipos de cambio? Qué clase de energía o formas kármicas se activan cuando elegís el cambio? No es como que puedas evitar cambiar. Tu cuerpo está desechando células y reemplazándolas por nuevas mientras lees esto. Una de esas células podría equivocarse y volverse un cáncer. No podés evitarlo. Crecés, mudás tu piel como una serpiente. Vivís y atravesás procesos, nada puede frenar eso. Es como si hubiera una nube de polvo a tu alrededor, todo el tiempo, que solo cae al suelo una vez que te morís y vas a lo que sea que nos espera después de eso.
Pero cuando decidís cambiar, cuando no solo le das la bienvenida al cambio sino que lo buscás, otro factor se suma a la ecuación: Riesgo.
Quiero decir, sí, si te da cáncer, bueno, que mal por vos, no lo buscaste. Cuando el cambio llega y hace que todos se vuelvan tristes, no hay nadie a quien culpar. Simplemente ocurre. Pero si decidiste cambiar algo, volverte una mejor persona, dejar un mal hábito, cambiar tu forma de vivir y todo de repente apesta? El viejo miedo aparece: Fracaso. Fracasás, te volvés miserable y no hay nadie a quien culpar salvo a vos mismo. Elegís el cambio, ponés una apuesta y no te eligen para triunfar. Qué ocurre entonces?
Creo que es un riesgo que a veces necesitamos tomar. Saltar sin saber si hay un suelo abajo puede dar miedo. Podés encontrar la muerte o tal vez volás. Pero tal vez vale la pena arriesgarse. Mientras sepas que hay una muy buena chance de errarle, y que hay otra muy buena chance de que lo consigas al final. Mientras tengas eso en mente, creo que siempre es preferible saltar, si tenés la oportunidad. Intentar algo nuevo. El mayor fracaso es muchísimo mejor que nunca intentarlo.
Pero incluso cuando sabemos esto, incluso si lo entendemos, que todo ocurre por una razón y que el resultado real de cualquier intento nunca puede ser fracasar, sino ganar o aprender, aún así dudamos. Por qué? Porque tal vez necesitamos experimentar el salto para realmente entenderlo. Tal vez es solo durante ese momento de puro terror cuando tus pies tocan el aire que realmente experimentás y entendés lo que estás arriesgando. Y entonces toda la teoría se convierte en práctica, y te toca ver lo que te está esperando detrás del salto en sí.
Personalmente, prefiero experimentarlo antes que sólo entender su concepto. Así que hoy, salto. Pasará algún tiempo antes de que sepa si gané o si aprendí, pero tal vez eso no importa por hoy. Por hoy, estoy saltando. Y creo que simplemente animarse a intentar, permitirme la oportunidad de ganar o aprender, bueno, es una linda patada en el culo al miedo.
Que comience.
Bueno. Así es como empieza. Hoy renuncié a mi trabajo. Renuncié a mi trabajo y mañana empiezo uno nuevo, convencido como estoy de que es el camino correcto hacia mi sueño (para más información en el tema, mirá la sección de ABOUT). Un sueño que despierta caras raras en la gente regular a las que se lo cuento.
Pensando en finalmente enfrentar mi sueño (marco una fuerte diferencia entre concebirlo, y realmente trabajar hacia él), estuve pensando mucho ultimamente en el cambio. Como ocurre? Cual es la diferencia entre el cambio que te cae encima por, digamos, la muerte de un ser querido o un evento imprevisto en tu vida; y el cambio que uno elige en sus mejores facultades mentales. Quiero decir, no es que sea un concepto tan extraño para la mayoría de la gente. Es el curso natural de la vida. Nada, nada es permanente. Nada dura para siempre. Pero hay una diferencia real entre esos 2 tipos de cambio? Qué clase de energía o formas kármicas se activan cuando elegís el cambio? No es como que puedas evitar cambiar. Tu cuerpo está desechando células y reemplazándolas por nuevas mientras lees esto. Una de esas células podría equivocarse y volverse un cáncer. No podés evitarlo. Crecés, mudás tu piel como una serpiente. Vivís y atravesás procesos, nada puede frenar eso. Es como si hubiera una nube de polvo a tu alrededor, todo el tiempo, que solo cae al suelo una vez que te morís y vas a lo que sea que nos espera después de eso.
Pero cuando decidís cambiar, cuando no solo le das la bienvenida al cambio sino que lo buscás, otro factor se suma a la ecuación: Riesgo.
Quiero decir, sí, si te da cáncer, bueno, que mal por vos, no lo buscaste. Cuando el cambio llega y hace que todos se vuelvan tristes, no hay nadie a quien culpar. Simplemente ocurre. Pero si decidiste cambiar algo, volverte una mejor persona, dejar un mal hábito, cambiar tu forma de vivir y todo de repente apesta? El viejo miedo aparece: Fracaso. Fracasás, te volvés miserable y no hay nadie a quien culpar salvo a vos mismo. Elegís el cambio, ponés una apuesta y no te eligen para triunfar. Qué ocurre entonces?
Creo que es un riesgo que a veces necesitamos tomar. Saltar sin saber si hay un suelo abajo puede dar miedo. Podés encontrar la muerte o tal vez volás. Pero tal vez vale la pena arriesgarse. Mientras sepas que hay una muy buena chance de errarle, y que hay otra muy buena chance de que lo consigas al final. Mientras tengas eso en mente, creo que siempre es preferible saltar, si tenés la oportunidad. Intentar algo nuevo. El mayor fracaso es muchísimo mejor que nunca intentarlo.
Pero incluso cuando sabemos esto, incluso si lo entendemos, que todo ocurre por una razón y que el resultado real de cualquier intento nunca puede ser fracasar, sino ganar o aprender, aún así dudamos. Por qué? Porque tal vez necesitamos experimentar el salto para realmente entenderlo. Tal vez es solo durante ese momento de puro terror cuando tus pies tocan el aire que realmente experimentás y entendés lo que estás arriesgando. Y entonces toda la teoría se convierte en práctica, y te toca ver lo que te está esperando detrás del salto en sí.
Personalmente, prefiero experimentarlo antes que sólo entender su concepto. Así que hoy, salto. Pasará algún tiempo antes de que sepa si gané o si aprendí, pero tal vez eso no importa por hoy. Por hoy, estoy saltando. Y creo que simplemente animarse a intentar, permitirme la oportunidad de ganar o aprender, bueno, es una linda patada en el culo al miedo.
Que comience.
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